A vuelo de buen cubero es el resultado de un largo periplo que el autor emprendió en 1976, año del bicentenario de la Independencia de los Estados Unidos, por el Deep South. Estas crónicas le permiten hacer al joven Bryce una profunda cala en la cotidianidad de esta vasta y compleja región. Allí encuentra solaz e incontables motivos de goce —cuya búsqueda es, según el propio autor, uno de los motivos primordiales de este viaje—, pero también descubre las contradicciones y desajustes de un mundo conservador a ultranza que se enfrenta a los cambios que impone la modernidad. Las otras cuatro secciones del libro agrupan textos en los que el autor nos da a conocer sus opiniones sobre temas muy diversos, tales como la juventud francesa de aquel tiempo, Mayo del 68 y lo que de este acontecimiento se escribía y pensaba en Francia, sus grandes preferencias literarias de entonces, y su incondicional admiración por el cine de Orson Welles. Humor, alegría, nostalgia y una fina intuición son la materia de la que están hechas estas crónicas.