Cualquiera que haya recolectado alguna vez fresas frescas sabe que es muy poco probable que la primera cosecha llegue siquiera a la cocina. Excepto los de voluntad más fuerte, todos caen en la tentación de consumirlas ahí mismo y en ese mismo instante, lo cual refleja uno de los principales motivos que nos llevan a cultivar nuestros propios alimentos: el sabor. La frescura es sinónimo de sabor; además, sacar adelante sus propios cultivos le permite recolectarlos en su punto óptimo. Si compara las habas que obtenga en su huerto con las comerciales, nunca más volverá a comprarlas. Con todo, existen muchas otras razones para cultivar nuestros propios alimentos, ya sean las relacionadas con nuestra salud y la de nuestra familia, por motivos medioambientales o por el mero placer. Autora Lucy Halsall es redactora de la revista Grow Your Own, el trabajo de sus sueños, puesto que dice de él que es como la serie de televisión The Good Life pero en formato revista. Antes trabajó para el Jardín de la Royal Horticultural Society en Wisley y como redactora hortícola en la revista Amateur Gardening. Lucy se crio en la pequeña granja familiar y lleva cultivando hortalizas desde la adolescencia. En cuanto a su propio huerto, Lucy asevera que es «pequeño pero muy productivo».